"ILUSIÓN" ¿palabra en desuso?
El pasado día 28 de abril, temprano en la mañana, salí de casa, con toda la ilusión del mundo y pensé que sería un buen tema para "Gente que Cuenta". Que el sol o el verde de los árboles te llene de energía a pesar de los problemas y la incertidumbre, te da un chute de ánimo, de entusiasmo. Lo resumí en 'Ilusión'. No obstante, necesitaba darle forma y fundamentarlo, por eso, fui grabando aquello que se me iba viniendo a la cabeza, y ahí se quedó… normalmente voy recuperando los audios cuando me pongo a escribir.
Y un rato después, “El apagón” reforzó la idea. Daría para otro número..., no obstante, al final de la tarde, con las últimas luces del día, llegó a casa mi hijo y junto con mi marido, nos pusimos a charlar sobre la situación, sobre lo que haríamos en una u otra circunstancia. Mi hijo, con gran ilusión, desgranaba iniciativas que él haría dada la “apocalipsis zombi” que parece puede ser lo siguiente… Yo le escuchaba advirtiendo la ilusión de sus iniciativas por locas o idealistas que parecieran, sí, le escuchaba con ilusión, así pues, reforzó este Gente que Cuenta.
Desde pequeña, todo me hace ilusión. Veía una película de bomberos y quería ser bombera; escuchaba una charla inspiradora y me emocionaba con la idea de emprender algo nuevo. De mayor, en el ámbito profesional, asumir iniciativas y lanzar nuevos productos o servicios se sustentaba, en buena medida, en esta ilusión. Y no, esto no significa, dispersión, volatilidad o falta de constancia, ni mucho menos. A los 12 o 13 años, en un campamento de verano, me dieron el 'premio a la ilusión'. Tiene gracia.
Y esto, ¿se pasa con el tiempo? Las desilusiones ‘atizan’ con fuerza, hacen mella, invitan a entrar a la melancolía, al desánimo, a la apatía, la decepción y a la desidia mental y emocional, pero, no me preguntes cómo, la ilusión sigue ahí. Esta actitud de entusiasmo por las cosas, grandes o pequeñas, es difícil de mantener en un mundo cambiante e incierto, donde nos ‘agarramos’ a palabras y conceptos, que desgastamos. La ilusión dura poco. Sin embargo, la ilusión es la gasolina de la motivación. Puede parecer ingenuo, incluso ridículo, pero es un plus.
Antes se escuchaba más… "tengo ilusión por..." o "me hace ilusión...". Ahora, la ilusión parece más lejana, más escasa, como si existiera un suprapoder que impide que nuestras ilusiones se hagan realidad. Nuestro contexto nos condiciona, si bien, todos conocemos a personas a nuestro alrededor que, con ilusión (entusiasmo, optimismo, curiosidad, querer más, acción, constancia, esfuerzo, paciencia, disciplina… en individual o combinadas), consiguen lo que quieren y otras que levantan un muro entorno a la frustración.
Me explico: Una pareja resuelve vivir junta o casarse porque sienten la ilusión de formar un futuro juntos, una familia… Cuando vas a la cabalgata de los Reyes Magos, el comentario general es: ‘Qué cara de ilusión tienen los niños’ o cuantas personas mayores conocemos que dicen 'no tener ilusión por nada'. Cuando buceo, lo que más ilusión me hace es encontrar un 'nudibranquio' son tan pequeños, que no resulta fácil verlos.
Relaciono la ilusión con el optimismo y el entusiasmo, aunque la percibo más como un motor intangible, que no tiene por qué estar ligado a la pura fantasía, sino a una fuerza interior que nos motiva a perseguir nuestras metas, superar, desafíar y explorar nuevas iniciativas. ¿Cómo nos sentimos cuando nos falta ilusión por algo? ¿Nos aporta energía o nos llena de monotonía?
Tener ilusión por las cosas no es ser el ‘optimista del lugar’ ni estar bailando todo el día. Sentir mariposas en el estómago cuando escuchas a alguien que te inspira, no es de ingenuos; es de quienes quieren más, de quienes tienen curiosidad. Junto con la ilusión deben estar la acción y la constancia. Puede que no seas la persona más optimista, pero si te mueves y das pasos hacia lo que quieres, tienes la fórmula para que tus ilusiones se hagan realidad. Después, viene el proceso con los pasos para llevar a buen puerto tu iniciativa, esto también formaría parte de otro capítulo.
Según la Real Academia Española (RAE) “Ilusión es ese concepto o imagen que no se corresponden con la realidad, sino que son producto de la imaginación o de una falsa percepción de los sentidos”.
Según algunas voces reconocidas la ilusión es:
“la esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”, “la ilusión no es el contenido de la felicidad, pero sí su envoltorio”. (Marian Rojas Estapé, psiquiatra y autora)
“cuando alguien pierde esa ilusión por descubrir, por conocer, progresar y mejorar, es muy difícil que esté viviendo una vida verdadera”. (Mario Alonso Puig, médico y conferenciante)
"esta es una sociedad que debería preguntarse ¿qué somos sin ilusión? “las fibras que tejen nuestra vida son la ilusión y la esperanza”. (Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor)
Algunas diferencias:
· Ilusión: Esperanza activa hacia algo que deseamos profundamente. Es el motor que nos impulsa a actuar con alegría y determinación.
· Motivación: Razón o impulso que nos lleva a actuar. Puede ser intrínseca (nace de uno mismo) o extrínseca (proviene de factores externos).
· Entusiasmo: Manifestación emocional de la ilusión y la motivación. Es la pasión y el fervor con los que emprendemos una tarea.
· Visualización: Técnica de imaginar con detalle y claridad un objetivo o meta, como si ya se hubiera alcanzado, para facilitar su consecución.
· Optimismo: Capacidad de mirar la vida desde una perspectiva de posibilidad. No se trata de negar la realidad, sino de interpretarla con la esperanza de que lo mejor aún está por llegar. El optimismo bien entendido impulsa la acción, fortalece el ánimo y conecta con la confianza interior.
· Curiosidad: Deseo de explorar, aprender y comprender. La curiosidad es la puerta que nos invita a mirar más allá de lo obvio, a formular preguntas nuevas y a desafiar nuestras certezas. Sin curiosidad no hay evolución, ni apertura a lo desconocido.
· Querer más: No como ambición vacía, sino como impulso genuino de crecer, de descubrir tu mejor versión y de contribuir con sentido. “Querer más” significa no conformarse con lo cómodo, sino poner la energía en avanzar, incluso sabiendo que el camino puede ser incierto.
· Acción: Paso necesario que convierte una idea en realidad. Sin acción, todo propósito se desvanece. La acción implica compromiso, decisión y movimiento, incluso cuando no se tienen todas las respuestas o nada claro. Es la expresión concreta de la intención.
· Constancia: Habilidad de mantenerse en el camino incluso cuando los resultados tardan en llegar. La constancia es la repetición consciente del esfuerzo, el ejercicio de seguir, paso a paso, aún sin certeza ni reconocimiento.
· Esfuerzo: Energía que invertimos para superar obstáculos, alcanzar objetivos y mantenernos fieles a lo que queremos. El esfuerzo da valor a lo conseguido, porque nos conecta con el mérito y el sentido de logro.
· Paciencia: Sabiduría de aceptar los tiempos del proceso. Paciencia no es resignación, es confianza activa en que lo importante se construye sin atajos. Es permitir que las cosas maduren a su ritmo, mientras seguimos presentes y atentos. Hoy parece que nos puede lo inmediato.
Algunos de estas palabras están en desuso, la paciencia, el esfuerzo, la constancia, no digamos la disciplina…, y algunas otras, recomiendo en este sentido el libro de Javier Urra (psicólogo y ex Defensor del Menor) Inmadurez Colectiva, donde da datos y detalles a este respecto.
La ilusión no sólo nos impulsa hacia nuestras metas, sino que también nos conecta con nosotros mismos. Nos permite descubrir lo que realmente nos apasiona y nos da sentido. En momentos de duda o dificultad, mantener viva la ilusión puede ser la clave para encontrar nuevas oportunidades y caminos.
Pocas veces nos paramos a entender el poder que tienen en nuestra actitud vital y profesional. Aquí las comparto, si las lees, las piensas... y las pones en juego… ya me contarás tu reflexión. Son básicos, fondo de armario... ¿o no tanto?
¿Y tú, por qué tienes ilusión? ¿Qué palabra te representa hoy? ¿Cuál necesitas activar? Si alguna de estas palabras ha resonado contigo, cuéntaselo a alguien que también esté construyendo su camino.